Año: 2016
Duración: 115 minutos
Género: Fantasía/Aventura
Protagonistas: Mark Rylance, Ruby Barnhil.
Director: Steven Spielberg
Música compuesta por: John Williams
Guionista: Melissa Mathison
Basada en: El gran gigante bonachón de Roald Dahl
Estudio: Walt Disney Pictures/DreamWorks Pictures
"— ¿Por qué me trajiste contigo?—Porque escuché tu solitario corazón."
Debo hacer un alto antes de iniciar y contarles un oscuro y tétrico secreto: No he leído el libro en el que se basa la película.
Sí, la verdad yo también me grito a mi misma DESHONOR, pero qué puedo hacer, he sido descuidada y una lectora perezosa.
Sin embargo, el haber postergado la lectura para después de la película me ha servido (involuntariamente, claro) para ubicarme como el resto de la audiencia que acude al cine con sus hijos, o sin ellos, y tienen expectativas altas porque leen en cartelera "Steven Spielberg", "Disney" y "del creador de Charlie y la fábrica de chocolate",
Pues bien, luego de casi dos horas de función puedo decir que, después de E.T., es lo mejor que Spielberg ha podido dirigir en cuanto a emotividad se refiere.
Haré una rápida sinopsis. Sophie es una pequeña huérfana de 10 años que padece de insomnio. Una noche durante sus exploraciones nocturnas, escucha un ruido fuera y, luego de ver una gran sombra, regresa a su cama, sin esperarse que una mano gigantesca la arrancase de su orfanato y la llevase a vivir a la tierra de los gigantes. Allí, junto al BAG (Buen Amigo Gigante) será partícipe de grandes aventuras, y se forjará una amistad que será capaz de atravesar las barreras del tiempo y la distancia.
Es absolutamente gratificante observar en cada escena la creatividad que mueve a cada uno de los elementos que componen tal historia, empezando por Mark Rylance, cuya mirada logra transmitir dulzura y cordialidad, sentimientos que vemos reflejados en su trato hacia Sophie. La construcción de ambos personajes es majestuosa, y la naturalidad de Ruby para exteriorizar lo que su personaje siente y piensa es incomparable, a pesar de ser su primer trabajo para la pantalla grande y, por las características fantasiosas del mismo, debió trabajar muchas veces frente a pantallas verdes o azules y en su mayoría, dialogar únicamente hacia la cámara. Un reto logrado para esta actriz de 12 años.
Por otra parte, la calidad de los efectos especiales es sin duda lo que hace que esta historia sea digna de un trabajo de Spielberg. Especialmente por la connotación que tienen los sueños en el transcurso de la historia. La forma en la que están trabajados los detalles, como las orejas y la gran nariz del gigante, son señales claras de que se ha querido mantener la fidelidad a la historia de Dahl, como un guiño hacia aquellos padres cuarentones que tuvieron en su infancia la suerte de acostarse con algún fragmento de esta historia en sus cabezas y soñar con un amigo así. Un acierto por parte de las productoras.
La inclusión del compositor John Williams (Harry Potter, Star Wars, Jurasic Park, E.T.) le da un añadido especial a cada escena. Cada giro que toma la historia se ve acompañado en una fotografía espectacular y con melodías que evocan exactamente lo que el director deseaba trasmitir, esto sin duda, acompañado por la fácil identificación que se puede llegar a tener con los personajes principales y la inocencia como recurso inherente a un manejo del lenguaje diferente entre Sophie y su BAG; cada palabra emitida por el gigante suena como el viaje que debe hacer un niño para entender el dialecto de los adultos, y cada palabra dicha por Sophie responde a la esperanza del niño interno latiendo y rogando por la inmortalidad de la magia y de los buenos sueños, esos que te hace derrotar a los gigantes malos, que devoran la felicidad y bondad. Como los problemas cotidianos a los que se enfrenta el adulto promedio.
Desearía tener una opinión menos parcializada, pero una historia de fantasía bien adaptada, acertadamente musicalizada y extraordinariamente dirigida no puede ser vista sino como lo que es: Una de las perlas de Disney y del género de la Fantasía en la historia del cine.
En fin, es una película que recomiendo ver en pantalla grande, en la soledad que pueda conectarles con su niño interior y que les permita asombrarse con las escenas asombrosas, asustarse en las escenas de aventura y sentir que incluso el más increíble de los absurdos puede sacarle a ese niño la más brillante de las sonrisas y transmitir al adulto que la ve el brillo de los ojos que aún conserva la infancia viva.
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