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domingo, 14 de septiembre de 2014

Reseña: Vida de Pi


Título Original: Life of Pi
Autor: Yann Martel
Número de Páginas: 334
Editorial: Editorial Destino
ISBN: 9788423341634
Género: Novela de Aventuras

"Quisiera decir algunas palabras sobre el miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Solo el miedo puede vencer a la vida."

No se obtienen citas como ésta de boca de un chico de 16 años en cualquier libro. Es un indicio de la magnificencia de esta obra.




Cuando propuse este libro para el reto mensual de Escritores Sin Nombre me pregunté internamente en qué me estaba metiendo, porque ir con bases de un film a leer la obra en la que se ha basado muchas veces crea expectativas o muy elevadas o nada halagüeñas, sin embargo, nada malo sucedió mientras leía, a no ser que pueda considerarse negativo el hecho de leer hasta en horas de clase o intentar revisar una o dos páginas antes de iniciar mi día. Antes incluso que desayunar, me decía que solo leería dos páginas, y terminaba con un capítulo entero sobre mis hombros.

Su argumento podría interpretarse de maneras muy reduccionistas, encasillándolo en el género fantástico, o relegarlo a uno más de esos libros que hablan sobre la importancia de la fe, o la confianza en una religión para salir adelante; tal es el caso de esta novela que aquellas etiquetas le quedan cortas, incluso si es catalogada en todo a la vez.

Vida de Pi no busca generar cambios morales, establecer paradigmas religiosos o dilapidar años de conciencia colectiva en lo concerniente a la política a las creencias divinas, es solo una historia que narra la extraordinaria hazaña de un jovencito en medio del mar durante más de siete meses, solo, con las provisiones más básicas y con el mar como paisaje sempiterno. 
Eso y el tan famoso tigre de bengala cuyo singular nombre fue la causa principal de mi interés por la novela.

Richard Parker representa lo que el lector quiera asimilar como real; Dios, la fe, la religiosidad, la cordura, fuerza de voluntad, determinación, perseverancia o instinto de supervivencia. Cada opción será la acertada dependiendo de las experiencias que albergue la mente de quien asiduamente se entrega a la lectura de esta aventura sin comparación alguna.

El estilo narrativo de este autor es desenfadado, trazando cada frase sin pretenciones, con la única finalidad de dejar que fluya la historia. No hay excesos, tampoco hay vacíos o inconsistencia, a pesar de correr el riesgo de caer en la monotonía, debido a su género, Martel hace a un lado cualquier atisbo de dudas o críticas malintencionadas con el simple hecho de ser un escritor precavido, documentado, pero que, por sobre todas las cosas, disfruta contándonos lo que ha descubierto entre sus investigaciones, de una forma tan dinámica que nos quedamos con esas anotaciones aclaratorias durante un largo tiempo, una forma de aprendizaje que enaltece el arte de la lectura.

Como es bastante palpable a lo largo de este artículo, he expuesto solo argumentos positivos para esta obra, puesto que defectos no le hallo ninguno, sin embargo, no puedo ser la única lectora que sintió una pena profunda durante una de las escenas que componen su desenlace y, de ser posible, hubiese cambiado varias cosas. Pero eso no es un defecto en sí, sino el anhelo rebuscado de un admirador de la relación superior que se desarrolló entre los dos personajes de esta aventura extraordinaria.

No me queda más que recomendarlo, esperando que lo que encuentren entre sus hojas les cause al menos un tercio  del impacto  que causó en mí.



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