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domingo, 21 de septiembre de 2014

Reseña: La Comunidad del Anillo


Título Original: The Fellowship of The Ring
Autor: J. R. R. Tolkien
Nº de páginas: 576
Editoral: MINOTAURO
ISBN: 9788445000663
Género: Fantasía


"No es Oro todo lo que reluce,
ni toda la gente errante está perdida (...)" 

Me he tomado un buen tiempo para pensar en lo que me hizo sentir este libro, y hoy es tiempo de presentarlo.



La Comunidad del Anillo, volumen I de la novela El Señor de Los Anillos, es el perfecto inicio de la narración del viaje y la guerra por El Anillo de Poder perteneciente al Señor Oscuro, Sauron
Frodo, sobrino favorito y heredero de nuestro hobbit, Bilbo Bolsón, es quien asume la ardua labor de transportar este anillo que llegó a manos de su tío por una absurda casualidad, pero que cambiaría la vida de los habitantes de La Comarca y de muchos otros sitios de la Tierra Media.

Es casi imposible vivir 21 años, habiendo dedicado 15 al buen hábito de la lectura, sin haber escuchado al menos el nombre de Frodo o, en circunstancias mejores, el apellido del autor de esta historia: El profesor Tolkien; sin embargo, me es imperativo admitir públicamente que no fue sino hasta diciembre de 2012 que tomé en serio al Universo Fantástico de este genial escritor, y, para bien o para mal, todo se lo debo a las adaptaciones cinematográficas. Pero no hablaré de mí, sino del libro.

Por diversas referencias se alojó en mi cabeza la idea de que la prosa sería, en efecto, absurdamente pomposa, cansina e incluso llena de rodeos y excesos argumentativos, por lo que inicié mi lectura no sin algo de reticencia, situación que cambió una vez que abrí el libro y leí el prólogo.

Tolkien resume de maravilla las aventuras de Bilbo, dándole al lector que no conoce la trama de su antecesor, El Hobbit, pautas claves para entender qué es lo que sucede con este primer volumen de la trilogía, además de que engrana con absoluta destreza los hechos que transcurren luego de que Bilbo regresara a Hobbiton con lo que sucede a partir de su cumpleaños 111.

A raíz de dicha introducción, el autor inicia la narración casi milimétrica de los diversos eventos que traerá consigo la existencia del Anillo, así como la presentación de personajes que, actualmente, forman parte de la cultura popular tanto o más que cualquier otro rol de la literatura clásica. 
Dentro de este grupo incluyo como cabeza de la lista a Gandalf, el brillante mago a quien todos los habitantes de Tierra Media tienen como la sabiduría andante. Humilde pero certero, Gandalf viaja buscando el bien y la luz a través de valles y praderas; un espíritu entregado al servicio de todos, evidencia de la grandeza de su orden en tiempos antiguos.

Todos hemos oído hablar de Gandalf.

Galadirel, la Dama Blanca, como muestra de todo lo que es puro y natural. El tiempo no se atreve a tocarla por miedo a perderse entre su belleza o a ser víctima de sus ojos fríos y templados, que lo observan y conocen todo; la historia de miles de vidas humanas no pesan sobre su corona ni su túnica pierde resplandor a través de los siglos. Gimli, amigo del elfo Legolas, lo supo en cuanto la vio y no solo él, sino toda la Comunidad que llegó a Lórien buscando refugio. 

Podría dedicar horas a hablar sobre la magnificencia de La Dama Galadriel, así como de la belleza impoluta de los terrenos de Rivendel, del verde manso y fresco de La Comarca y de la bondad rebosante de caridad proveniente del poco conocido Tom Bombadil, pero el tiempo apremia, al igual que este espacio de opinión.

Por ahora resumiré mis impresiones: La prosa, a mi parecer, no es pesada, sino que debe leerse con la calma con la que es leído un mapa, puesto que Tolkien, ingenioso Tolkien, decide hacernos partícipes de toda la travesía mediante descripciones exactas, de los personajes, de sus pensamientos y de los lugares que visitan, dándonos la posibilidad de sufrir de la incertidumbre con Frodo, al llegar a Bree y sentirse sitiado, el dolor de la Comunidad al perder a uno de sus miembros más valiosos, el pánico de perderse en medio de un bosque húmedo y sombrío del que se conoce casi nada, la frustración de llevar a cargo una labor que parece nunca acabar, y cuya responsabilidad no es en lo absoluto, asunto de un simple hobbit de mediana edad.
Es decir, el ritmo pausado de la prosa ES NECESARIO  para regalarnos una historia que no tiene igual; Crear un mundo lleno de criaturas mágicas, llenas de folclor, de vida: plasmar ese legado en forma de poemas o baladas en lenguas nativas. Los elfos, enanos y hombres unidos a la magia mediante versos que hacen de la lectura un total disfrute para los sentidos.

Ah, los poemas.
Tolkien es el único escritor cuyo arte en rimas consigue crear en mí una reverencia casi hipnótica y eso, sumado a la absoluta entrega en su trabajo con El Señor de Los Anillos, lo hacen merecedor del respeto de muchas generaciones que tuvieron, tienen y tendrán alguna clase de relación con la Literatura Fantástica. Es una referencia obligada.

Los fallos encontrados en la estructura del libro, cronológicamente hablando, podrían hacer referencia a que no hay un final adecuado en el primer ni en el segundo volumen, pero, como dato, y algo necesario de comprender, es que esta historia NO fue concebida como una trilogía, sino como un único volumen, lo que lo hacía un libro extremadamente largo para los estándares de edición del siglo XX, así que decidieron dividirlo. 

Sin dudas puedo decir que esta es mi saga favorita del año, aunque respeto la opinión de quienes aún suelen decirme "esos libros son aburridos, pesados o absurdos." 

Espero pronto poder hacer la reseña de Las Dos Torres y explayarme sobre el resto de personajes sin sentirme culpable por posibles spoilers.


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