A medianoche he despertado
Con mi piel en llamas,
Deseando sólo tu abrazo,
Ansiando locamente tu mirada.
Consciente de las horas huecas de mi vida,
El reloj sigue girando no tomando en cuenta mi desdicha.
La absurda agonía de vivirlo todo a medias,
Sentir carencia por algo que jamás a tus manos llega.
Observar el amanecer a través de la ventana
Sólo me indica que mi inquietud aumenta,
El amor por quien aún no encuentro merma,
Y de mi inocente espera el resplandor marchita.
Creer que vendrás algún día,
Es el guión con el que vivo desde siempre,
Preguntarme cuándo llegaré a conocerte,
Cala hondo en mis huesos como idea obsesiva.
Añoro los besos que jamás tuvieron mis labios,
Respiro el silencio que al marcharte raudo queda,
Los versos dolidos mi débil alma no llenan,
Y la tinta en poemas perdida, caduca entre hojas en blanco.
Desearte en mi vida se ha vuelto primario,
Esperarte, el calvario con el que debo luchar a diario.
Morir en tu ausencia es tan frívolo y cruel
Como amar y perder a aquél que llenara tu ser.
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