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lunes, 14 de abril de 2014

Reseña: Y por eso rompimos



Título Original: Why We broke up
Autor: Daniel Handler
Ilustraciones: Maira Kalman
Editorial: Alfaguara Juvenil
ISBN: 978-84-204-1327-3
Páginas: 351
Fecha de Publicación: Marzo, 2013.










Tengo el título atrapado en mi cabeza.


La frase se queda porque, como tantas otras cosas de la vida, es real.

Para quienes deseen una reseña corta, es un libro epistolar. Una única carta escrita por Min y dirigida a Ed, su exnovio, con el que rompió y ha decidido entregarle todo lo que su historia acumuló en objetos, junto con la carta.

Si te convence el texto de arriba, eres libre de cerrar la ventana y no leer más.




Si eres rebelde  y continuaste, mereces un aplauso.


Y por eso rompimos es un libro que se disfruta por la calidad con la que está escrito.
Handler es un artista del humor irónico y sus personajes son demasiado realistas.

Los protagonistas de esta historia, Min y Ed, son simples jóvenes de un instituto americano que no tienen otra preocupación que con quién saldrán el siguiente sábado, pero cuando el interés amoroso llega, su mundo ordenado se pone de revés y genera un sinnúmero de reacciones en cadena que varían de acuerdo a cada uno de ellos.

Para Min, cuya vida amorosa se resume en un nombre, su enamoramiento por Ed supone un cambio tan drástico en su forma de ver ( y hacer) las cosas que las semanas a su lado serán una montaña rusa entre el Cielo y el Infierno. 
Desde la perspectiva de Minerva, el lector logra conectar con el universo de ideas que ronda su mente, y, aunque jamás lograremos entender todas las referencias a películas antiguas que ella hace durante toda su carta, el sentimiento de empatía está, ineludible y envuelto en sentimientos encontrados.

La historia de su corto pero intenso enamoramiento se vive como si fuese la propia, con la poca intervención de los adultos, con los pensamientos alocados e impulsivos, con la conciencia de que se está cometiendo una estupidez, pero que es absolutamente imposible dejar de hacerlo porque la voluntad se ha rendido al corazón. Un corazón que ha de terminar roto, se sabe desde el inicio, pero que no evita que se abandone la burbuja de ilusiones.

El autor logra manejar de manera excelente la historia, creciendo en emotividad y trama a medida que se va llegando al final, y preparando el camino para un monólogo mental de varias páginas en las que Min desfoga entre llanto y maldiciones todo lo que le parecía malo pero, sin duda,  hizo por y para Ed.

Daniel Handler tuvo que ser una mujer en su vida pasada o lo que sea, porque describe tan bien ese momento de desesperación y arrepentimiento femenino que no puedo expresarlo con palabras.

Sentí que yo podría ser Min en ese instante.


Para muchas mujeres puede parecer triste y molesto el caso de la protagonista pero, ninguna chica se parece a otra y ninguna relación se parece a otra,  siendo así, no creo posible tener la autoridad moral suficiente para tachar de "idiota" o "lela" a una adolescente que se ha entregado entera a otro adolescente porque lo quiere y asume inocentemente que el sentimiento es recíproco.

El Amor no es inteligente en un 80% de las veces.

La magia de esta historia está repartida entre la comicidad y el romanticismo juvenil, una carta a alguien que nunca debió estar allí y sin embargo estuvo, y no se puede llorar sobre la leche derramada, sino ir en busca de una solución, que llega acompañada de aprendizaje.

Un mar tranquilo nunca hizo un buen marinero.



Aparte de todo, me emocionó su simpleza.


No hace falta que un libro rebose intriga o drama para que sea algo digno de leerse.
Solo hace falta una buena forma narrativa y una situación cotidiana de la cual parta.
Y es eso lo que transmite Y por eso rompimos.



El  libro es entretenido, tal vez no digno para muchos de un simple "bah", pero para otros, como yo, merece un reconocimiento especial.


Por ser una carta ilustrada de una relación que fue, como cualquier otra, pero que permanecerá nostálgica en el fondo de una caja azul.











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